Alguna vez algo me dolió tanto que la tristeza no me cabe en el cuerpo y siento que cada vena está a punto de estallar de dolor. No puedo volver allí, no puedo enfrentarlas y mucho menos enfrentarle a él.
Pasan los días y el dolor sigue ahí. Todavía en la mañana cuando me despierto tengo la sensación de que esta pesadilla nunca fue realidad y que todo es como antes pero eso dura tan poco...
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