Tengo una gran preocupación.

Vuelvo a casa con la cabeza bajada, con mucho miedo, demasiado diría yo. Es que tengo una sensación extraña, siento que te pierdo. Hoy estás por ahí, a saber lo que estarás haciendo. Lo único que quiero es que mientras estés disfrutando en algún segundo de tu tiempo se te venga a la cabeza mi nombre, mi recuerdo. Mañana será otro día y quiero que nuestra relación no cambie por nada que hayas hecho. Lo siento, pero te quiero de verdad y no soportaría ningún tipo de engaño, al menos tuyo.